Aplicación del principio precautorio

La aplicación del principio precautorio resulta ser una herramienta de gran utilidad a la hora de proteger el medio ambiente o la salud de los habitantes urbanos cuando éstos se ven amenazados por la contaminación ambiental.

Es de destacar que este principio es de aplicación aunque no haya certeza de un efecto negativo sobre el ambiente, basta la sola existencia del potencial peligro de causar un daño grave o irreversible para que se justifique tomar medidas que impliquen la aplicación de restricciones o prohibiciones a las actividades presumiblemente riesgosas, aún cuando las mismas cuenten con autorización administrativa para su funcionamiento.

Para que este principio pueda ser aplicado se requiere que:

1) Existan indicios científicos de la posibilidad de un riesgo, aunque no se traten de pruebas definitivas o concluyentes.

2) La perspectiva de un daño grave e irreversible para el medio ambiente o la salud de las personas.

De acreditarse estos presupuestos, el Estado podrá impedir la aplicación de la tecnología, decidir el retiro del producto del mercado u ordenar el cese de la actividad potencialmente nociva hasta tanto la empresa proveedora acredite la total inocuidad del mismo/a.