El uso de agrotóxicos y sus consecuencias nocivas sobre nuestra salud y el medio ambiente: desarrollo sustentable vs. crecimiento económico?.

Usualmente por desinformación los consumidores  y usuarios desconocemos los peligros sobre la salud y nuestro ambiente que produce la utilización masiva de los herbicidas o productos fitosanitarios, tales como el glifosato, utilizado por ejemplo en fumigaciones terrestres y aéreas.

El uso de los herbicidas sin los recaudos respectivos produce numerosos riesgos en la salud humana, tales como efectos cancerígenos y reproductivos, acción mutagénica y contaminación de alimentos.

Especialmente los herbicidas a base de glifosato resultan altamente tóxicos tanto para humanos como para animales y el ambiente. Diversos estudios de toxicidad revelaron efectos adversos en todas las categorías ensayadas: toxicidad subaguda (lesiones en las glándulas salivales), toxicidad crónica (inflamación gástrica), daños genéticos (en células sanguíneas), trastornos reproductivos y cancerígenos. Los síntomas usuales de envenenamiento son: irritaciones en la piel y oculares, náuseas y mareos, edema pulmonar, descenso de la presión sanguínea, reacciones alérgicas, dolor abdominal, pérdida masiva de líquido gastrointestinal, vómito, pérdida de conciencia, destrucción de glóbulos rojos y daño o fallo renal.

Además, son principal causa de daños sustanciosos y duraderos a la diversidad biológica y los ecosistemas generando pérdida de diversidad y fertilidad de los suelos.

Por lo tanto, afectan  nuestro derecho de vivir en un medio ambiente sano y equilibrado, tal como lo expresa la cláusula ambiental del artículo 41 de nuestra Carta Magna.

Un desarrollo sustentable o duradero es lo opuesto a un crecimiento económico sin restricciones. Entre las cuestiones a considerar por las empresas para lograr un desarrollo sostenible, deben estar presentes indefectiblemente las variables sociales y ambientales.

Este razonamiento implica pensar en términos de equidad intergeneracional: las generaciones futuras tienen derecho a un nivel y calidad de vida apto para el desarrollo humano y es nuestro compromiso satisfacer nuestros deseos y necesidades económicas sin perjudicar a las generaciones venideras.

Cabe destacar que en nuestro país contamos con una ley de presupuestos mínimos sobre productos fitosanitarios (Ley Nro. 27279) que regula y tiene como objetivo la protección ambiental para la gestión de los envases vacíos de fitosanitarios, en virtud de la toxicidad del producto que contuvieron, requiriendo una gestión diferenciada y condicionada.

 

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